martes, 3 de mayo de 2016

MUJER Y TRABAJO

Acaba de finalizar las jornadas de conmemoración del primero de Mayo. Existe entre esta fecha y el 8 de marzo una alta correlación en el sentido en que son fechas de alto significado histórico en la lucha por la exigibilidad y conquista de derechos,  nos recuerdan importante gestas de levantamientos sociales  en que trabajadores y trabajadoras  a través de  movilizaciones, paros, huelgas, levantamientos,  lograron  conquistas en materia de  derechos. El derecho al trabajo en condiciones justas, al descanso, a un salario digno y  a la disminución de largas jornadas  laborales, fueron entre otras las consignas del momento.
¿Cuál es la situación que vivimos las mujeres a nivel del trabajo?
El investigador Libardo Sarmiento Anzola sostiene  que en el año 2012, las mujeres concentraron su ocupación principalmente en la rama de comercio, hoteles y restaurantes con 33,3%, seguida por la rama de servicios comunales, sociales y personales con 29,9%.
El 41,4% de las mujeres se desempeñaron como trabajadoras por cuenta propia, estamos hablando del rebusque como actividad generadora de ingresos. Este es un fenómeno que cada día se expande de manera vertiginosa en las principales ciudades de nuestro país, quiere decir que la precarización y el desconocimiento de derechos  se constituye en un fenómeno que afecta a hombres y mujeres, consecuencia de la implementación del actual modelo neoliberal privatizador, modelo que transformo la vocación productiva de la mayoría de las grandes ciudades del país convirtiéndolas en ciudades para el comercio de los bienes importados y la venta de servicios.
El poco acceso al trabajo, las precarias condiciones laborales y las brechas entre hombres y mujeres es más crítica en las mujeres jóvenes. Para el año 2012, el desempleo para las mujeres llegó a 25,2% mientras que para los hombres jóvenes fue de 14,7%.
Más de la mitad de la población trabajadora se encuentra en condición de informalidad, esto es, con salarios precarios, de manera inestable y sin protección social ni derechos laborales. De las 8,7 millones de mujeres ocupadas, el 54,2% son informales (4,7 millones).
En el contexto local de nuestra ciudad –Barranquilla- tenemos que decir  que a pesar que somos el  52% las mujeres enfrentamos grandes dificultades para acceder al mercado laboral. En los estratos medios y bajos las mujeres trabajamos entre 14 y 15 horas al día,  para devengar un salario mínimo y sin garantías prestacionales; “somos las que presentamos  mayor informalidad en los procesos de contratación y ello está justificado en un imaginario colectivo “machista” que sigue pensando que el trabajo para las mujeres es un asunto de favores y no de derechos”, En el mundo laboral coexisten brechas que son generadas por relaciones sociales, económicas y culturales. indignas e injustas
Para nadie es desconocido que Barranquilla jugo como laboratorio para la implementación de este modelo depredador. Nuestra ciudad se ha convertido en la pionera de la privatización de las empresas de servicios públicos, incluida la privatización de la red pública hospitalaria. No es casual que las últimas administraciones distritales la designen como la capital del tratado de libre comercio con los estados unidos. La formulación de su nuevo Plan de Ordenamiento Territorial afianza la lógica del modelo y acrecienta los niveles de pobreza, informalidad, precarización laboral, deterioro ambiental, cass en la movilidad, violencia contra las mujeres, incremento de la miseria en la mayoría de la población que habita los sures de la ciudad.



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