Acaba de finalizar las jornadas de conmemoración del primero
de Mayo. Existe entre esta
fecha y el 8 de marzo una alta correlación en el sentido en que son fechas de
alto significado histórico en la lucha por la exigibilidad y conquista de
derechos, nos recuerdan importante
gestas de levantamientos sociales en que
trabajadores y trabajadoras a través
de movilizaciones, paros, huelgas,
levantamientos, lograron conquistas en materia de derechos. El derecho al trabajo en
condiciones justas, al descanso, a un salario digno y a la disminución de largas jornadas laborales, fueron entre otras las consignas
del momento.
¿Cuál es la situación que vivimos las mujeres a nivel del
trabajo?
El investigador Libardo Sarmiento Anzola sostiene que en el año 2012, las mujeres concentraron su
ocupación principalmente en la rama de comercio, hoteles y restaurantes con
33,3%, seguida por la rama de servicios comunales, sociales y personales con 29,9%.
El 41,4% de las mujeres se desempeñaron como trabajadoras por
cuenta propia, estamos hablando del rebusque como actividad generadora de
ingresos. Este es un fenómeno que cada día se expande de manera vertiginosa en
las principales ciudades de nuestro país, quiere decir que la precarización y
el desconocimiento de derechos se
constituye en un fenómeno que afecta a hombres y mujeres, consecuencia de la
implementación del actual modelo neoliberal privatizador, modelo que transformo
la vocación productiva de la mayoría de las grandes ciudades del país
convirtiéndolas en ciudades para el comercio de los bienes importados y la
venta de servicios.
El poco acceso al trabajo, las precarias condiciones
laborales y las brechas entre hombres y mujeres es más crítica en las mujeres
jóvenes. Para el año 2012, el desempleo para las mujeres llegó a 25,2% mientras
que para los hombres jóvenes fue de 14,7%.
Más de la mitad de la población trabajadora se encuentra en
condición de informalidad, esto es, con salarios precarios, de manera inestable
y sin protección social ni derechos laborales. De las 8,7 millones de mujeres
ocupadas, el 54,2% son informales (4,7 millones).
En el contexto local de nuestra ciudad –Barranquilla- tenemos
que decir que a pesar que somos el 52% las mujeres enfrentamos grandes
dificultades para acceder al mercado laboral. En los estratos medios y bajos
las mujeres trabajamos entre 14 y 15 horas al día, para devengar un salario mínimo y sin
garantías prestacionales; “somos las que presentamos mayor informalidad en los procesos de
contratación y ello está justificado en un imaginario colectivo “machista” que
sigue pensando que el trabajo para las mujeres es un asunto de favores y no de
derechos”, En el mundo laboral coexisten brechas que son generadas por
relaciones sociales, económicas y culturales. indignas e injustas
Para nadie es desconocido que Barranquilla jugo como
laboratorio para la implementación de este modelo depredador. Nuestra ciudad se
ha convertido en la pionera de la privatización de las empresas de servicios
públicos, incluida la privatización de la red pública hospitalaria. No es
casual que las últimas administraciones distritales la designen como la capital
del tratado de libre comercio con los estados unidos. La formulación de su
nuevo Plan de Ordenamiento Territorial afianza la lógica del modelo y
acrecienta los niveles de pobreza, informalidad, precarización laboral,
deterioro ambiental, cass en la movilidad, violencia contra las mujeres,
incremento de la miseria en la mayoría de la población que habita los sures de
la ciudad.
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