miércoles, 6 de abril de 2016

LA PAZ AMENAZADA

La última semana del mes de marzo de 2016 se recordara como una semana de hondo significado para la paz de Colombia, pasara a nuestra historia como la fecha del anuncio público de las conversaciones entre el gobierno y el ELN, la segunda guerrilla en Colombia. Con este anuncio se afianza la esperanza de la inmensa mayoría de colombianos y colombianas de poner fin de una vez por todas al conflicto armado social y político más largo en el planeta y se hace en un momento en el que parecía empantanarse el proceso de diálogo entre el gobierno y las FARC – EP.
Sin embargo, pocos días después el país se estremecería con nuevos hechos de violencia propiciados por las “Autodefensas Gaitanistas de Colombia” o los urabeños, o clan Usuga quienes le declararon la guerra a la fuerza pública y al proceso de paz, en represalia por los golpes propinados contra ellos por la fuerza pública.
Hoy por hoy esta agrupación se erige como una poderosa banda delincuencial que a base de narcotráfico, extorsión, contrabando, blanqueo de dinero ha acrecentado su poder económico, militar y territorial. La acción delincuencial de esta agrupación abarca casi todo el territorio nacional pero su centro de control territorial y operacional es el Urabá chocoano, antioqueño y casi toda la región Caribe.
Hechos que sin duda se constituyen en seria amenaza al proceso de paz que se adelanta entre el gobierno y las insurgencias de las FARC –EP y el ELN. Coincidencialmente a este accionar terrorista el centro democrático, partido político que representa a la ultraderecha colombiana en cabeza del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, convoca a movilizaciones fundamental y esencialmente contra el proceso de paz bajo el argumento de que el gobierno se ha postrado de rodillas al Castro – Chavismo a quien señalan como el verdadero enemigo.
Como buenos estrategas comunicacionales el “centro democrático”, utiliza como banderas de convocatoria los graves problemas sociales, económicos y políticos que
padece el pueblo colombiano a consecuencia de la implementación del modelo neoliberal en cabeza del Santismo. Problemas que tienen raíces históricas en el que múltiples gobiernos que han transitado en el ejercicio de la gobernabilidad y el poder han contribuido a hondar la crisis.
Sin duda y sin entrar en profundas argumentaciones es de conocimiento que durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez desde la gobernación de Antioquia y pasando por la presidencia de la república en sus dos períodos, el paramilitarismo en nuestro país se extendió por todo el territorio nacional, afianzando su poder de control y dominio territorial; sin que para ese entonces e incluso en el momento actual, no haya poder humano que logre extirpar de raíz este mal que no ha hecho otra cosa sino arrinconar y llenar de miedo a la población colombiana.
La revista Semana en su publicación del 3 de abril del presente año señala que: “Para nadie es un secreto el poder que han tenido los grupos de corte paramilitar desde hace 20 años en el Urabá” en referencia al audio puesto a circular por el clan de los usugas, quienes bajo la denominación de Autodefensas Gaitanistas de Colombia, decretaron un paro armado en Urabá, Antioquia y Córdoba intimidando a la población. Este accionar no ha cesado por cuanto ha sido acompañada de panfletos amenazantes que vienen circulando en la región Caribe, amenazando a estudiantes, trabajadores y profesores a quienes señalan como auxiliadores de la guerrilla.

Empecinarse en que se perpetúe el conflicto armado en el país no es solo expresión de una concepción guerrerista es también expresión de una apuesta económica, el segundo negocio más rentable en el mundo es el de las armas, el cual se encuentra estrechamente vinculado al más rentable de todos los negocios; el narcotráfico. Ambos en manos de los enemigos de la paz. Ese es el trasfondo, ese es el meollo del asunto. Claro que para ganar simpatizantes se camufla con las banderas del desgobierno santista. Vivimos un momento histórico que no podemos desaprovechar. Es ahora o nunca, ya están sentadas las insurgencias con el gobierno ahora es el turno de las inmensas mayorías del pueblo. Como decía Gandhi: “No hay caminos para la Paz, la Paz es el camino”.

Por: YULY OTERO VERGARA

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