domingo, 19 de julio de 2015

Caso Paola Salgado: la amenaza feminista de defender el cuerpo


  1. Articulo Publicado por la Agencia de Comunicación de los pueblos Colombia Informa
Para los medios hegemónicos de comunicación, cada día más difusa la distinción entre luchadores sociales y terroristas. Frente a la criminalización de Paola Salgado, abogada y activista por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, presentamos la siguiente columna de opinión.
Por Julieta Penagos*. Hemos visto con profundo estupor como de manera turbulenta, el Estado ha detenido a 11 activistas de derechos humanos integrantes de la organización Congreso de los Pueblos, por sus supuestos vínculos con los actos terroristas en Bogotá ocurridos el pasado 2 de julio. La Fiscalía General de la Nación, sin embargo, ha tenido que salir a desvincular a las personas detenidas por no encontrar evidencia probatoria y vincularlos en otros hechos ocurridos hace más de un año.

Esta situación, refleja las características de la actual política colombiana y  los fenómenos  más complejos en donde las prácticas sociales son concretamente desiguales y las prácticas políticas, aparentemente, democráticas.  En este marco, el presidente Santos nos ha llevado al pasado recordándonos que su gobierno hará lo que sea por mostrar resultados, aunque la evidencia jurídica y probatoria no lo dejen bien parado. 



El mensaje al movimiento social ha sido claro: estudiantes, periodistas, jóvenes y quizás el icono de toda esta situación, Paola Salgado, abogada, defensora de los derechos humanos de las mujeres y feminista. 



Su activismo manifiesta aquellas luchas históricas del movimiento de mujeres por el reconocimiento pleno de nuestros derechos jurídicos, que históricamente han sido arrebatados por una suerte de ideologías de corte religioso especialmente. 




Sin duda, el hecho estigmatiza al movimiento social y al de mujeres; estrategia utilizada  para desacreditar las luchas de quienes pensamos diferente por hacer lecturas claras sobre las decisiones de una minoría (quienes son  realmente los diferentes) y su impacto en todas las demás personas. Siempre, ante estos hechos, nos enfrentamos a discusiones que atraviesan el relato policial, los objetivos del gobierno de turno, la complicidad de los medios masivos de comunicación, la amplia desinformación ciudadana y la criminalización de esas lecturas. 


Sin embargo, lo ocurrido con Paola y, el impacto que su detención tiene en el movimiento de mujeres, me parece un hecho especial por las estigmatizaciones históricas que ese movimiento tiene y porque yo misma hago parte de él. 


En ese sentido, reconocemos lo complejo que es hablar de Interrupción Voluntaria del Embarazo; lenguaje incluyente y no sexista; o economía del cuidado,demostrando que la mayor parte de la población, incluyendo personajes evidentemente públicos y aparentemente formados, desconocen el aporte que las mujeres cuidadoras desde sus hogares representan a las economías de los estados. 


Paola, hace parte de estas académicas activistas que defienden los derechos de quienes la sociedad entera más sospecha: las mujeres. Por no amar la vida y querer interrumpir un embarazo cuando se les viola o cuando su vida corre peligro; por decirles a sus maridos que no quieren más hijos; por mantenidas, y dedicar su tiempo estar al cuidado de sus casas, de sus familias y supuestamente no aportar económicamente; por llevar las faldas cortas el día en que se les viola; por no calentar correctamente la sopa o hacer un reclamo justo o injusto el día en que se les golpea; por no ser obedientes; porque todas las violencias contra las mujeres están avaladas en la cultura.

Paola habla del tema más sensible y colonizado de la sociedad: el cuerpo de las mujeres y sus derechos sexuales y derechos reproductivos. En este aspecto, las condenas morales y religiosas emitidas por la iglesia católica y sus creyentes han sido el obstáculo más importante ya que sus propias convicciones sobre el pecado son juzgadas como actos de delincuencia, obviando los derechos humanos y el derecho que tienen las mujeres, entre otros, a decidir sobre su propio destino. La autonomía reproductiva se convierte en una amenaza para la histórica dominación hacia las mujeres, es una afrenta a la tradición, al pasado y a su escala de valores.



La detención de Paola es un mensaje al feminismo, al activismo y a las conquistas de los derechos humanos de las mujeres.

* Julieta Penagos es comunicadora social, integrante de la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género y realizadora del programa Ni reinas Ni cenicientas de Canal Capital.

No hay comentarios:

Publicar un comentario